SINÒPSI:
El cultivo del conocimiento y la divulgación de la Memoria democrática es una auténtica necesidad para toda sociedad avanzada, en la que se defiendan valores y principios que se pretendan éticos y universales. La Memoria colectiva no es ni debería ser otra cosa que el conocimiento más exacto posible del desarrollo histórico que ha experimentado todo modelo político de convivencia a lo largo del tiempo. En la actualidad, gracias a las infinitas posibilidades educativas que ofrecen las nuevas herramientas y medios digitales es más fácil que nunca tanto el conocimiento preciso y riguroso como la desinformación e intoxicación interesadas. Nunca ha sido tan fácil, pues, el revisionismo falaz e interesado como también es cierto que lo es, igualmente, la revisión, verificación y contraste eficaz de la realidad de los hechos históricos. Las opiniones han de ser libres pero la realidad de los hechos históricos ha de ser respetada e incluso considerada sagrada, en su sentido moral y pedagógico para el presente y el futuro. Hay ciudadanos, pese a todo, deliberadamente desinformados. ¿Existe la posibilidad de una Memoria democrática políticamente desinteresada, científica y objetiva? Lo cierto es que, en toda sociedad democrática, debería haber, al menos, un mínimo consenso histórico sobre los hechos más relevantes de su pasado colectivo. Esta obra pretende mostrar a los lectores un abanico diverso de buenas prácticas, para el conocimiento y la divulgación, en todos los niveles formativos- del pasado más reciente -y, por ello, más discutido e incluso controvertido-, con el fin de mostrar las nuevas posibilidades para su fomento que presentan tanto el sistema educativo como el mediático de cara a la mejor aproximación factible al pasado de una determinada nación y a un colectivo social y nacional en su dimensión histórica.