Un lugar secreto

Holly, Selena, becca y Julia comparten secretos, miedos y sueños en el internado dublinés de Saint Kilda's y están decididas a conservar su mágica amistad para siempre. Pero el paso del tiempo y la aparición de un atractivo muchacho en sus vidas pandrán a prueba una lealtad que ellas creían inquebrantable.


Con apenas diez años, Holly Mackey fue testigo clave en un caso de asesinato a cargo del detective Stephen Moran. Ahora, convertida en una adolescente que estudia en el elitista internado de Saint Kilda's, acude de nuevo a Moran para entregarle una nota que asegura haber encontrado en el Rincón de los Secretos, un tablón de anuncios donde las alumnas cuelgan mensajes anónimos. La tarjeta incluye la foto de Chris Harper, un joven asesinado el año anterior y cuya muerte sigue sin resolverse, acompañada por letras recortadas de un libro formando la frase: "Sé quién lo mató".

El ambicioso Stephen Moran sabe aprovechar una oportunidad cuando se le presenta, y es consciente de que la aparición de Holly es un regalo caído del cielo que le permitirá, por fin, hacer realidad su deseo de ser miembro de la brigada de Homicidios. El primer paso será compartir la información con Antoniette Conway, la detective que investigó sin suerte el asesinato de Cris Harper, para poder acompañarla en los nuevos interrogatorios a las jóvenes alumnas. Sin embargo, pronto descubrirán que la inocencia también tiene su lado oscuro, y que no es fácil adentrarse en el claustrofóbico universo del Saint Kilda's, un entramado de relaciones que se rige por sus propios códigos de conducta, jerarquías y pactos secretos.

La inocencia tiene también un lado oscuro

El lugar secreto era el más atractivo: el rincón donde todas las alumnas podían colgar sus pensamientos más íntimos, sus ideas más oscu­ras... incluido el mensaje que lo trastocó todo: «sé quién lo mató.» Un nuevo y absorbente thriller de la autora irlandesa más potente del momento.

El detective Stephen Moran apenas recuerda ya el caso de Chris, uno de los chicos más populares del instituto St. Kilda de Dublín, que apareció muerto un año atrás. Por eso se sorprende cuando se presenta en comisaría una de las compañeras de clase del difunto, Holly Mackey, con una nota que ha encontrado en el tablón de anuncios del colegio, junto a la foto del muer­to: «sé quién lo mató.» Stephen reabre el caso junto a la arisca pero efectiva detective Antoinette Conway, ambos bajo la atenta mirada del padre de Holly, que no es otro que Frank Mackey, un curtido colega del departamento de Homicidios. Todas las pistas llevan hasta el grupo de amigas de Holly, sus secretos vínculos y su relación con el chico asesinado. Los detec­tives pronto descubren que, bajo una capa de aparente frivolidad, las chicas tienen sus propios códigos, jerarquías y, sobre todo, secretos. El mundo privado de las adolescen­tes resulta ser mucho más peligroso de lo que habían imaginado.