SINÒPSI:
José Alonso Mallol, formó parte de una generación de alicantinos nacidos a finales del siglo XIX que influyeron decisivamente en la renovación del republicanismo español. Gobernador civil de Asturias y Sevilla, actuó decididamente contra quienes perturbaban el orden e impedían a los gobiernos republicanos llevar a cabo su labor reformista. En 1936 fue nombrado Director General de Seguridad, consciente de los peligros que acechaban a la República, colocó escuchas telefónica -cosa que se hizo por primera vez en la historia- en las casas y en los cuarteles donde conspiraban los golpistas, de modo que en mayo de 1936 pudo presentar a Santiago Casares Quiroga y Azaña una relación de más de 500 golpistas con la intención de que fuesen detenidos de inmediato, lo que habría supuesto el desmantelamiento de la conspiración. Azaña y Casares, temerosos de posibles reacciones, no consintieron tales detenciones y el golpe de Estado siguió su camino.
Tras dimitir como Director General de Seguridad, Alonso se trasladó al Norte de África por encargo del José Giral, Presidente del Gobierno, con la intención de sublevar a los rifeños y cortar el suministro de mercenarios a la rebelión. Ya no volvió a España, salvo en contadas ocasiones. Espía de los aliados, a los que facilitó una enorme cantidad de datos sobre los movimientos nazis, trabajando para la JARE, logró salvar a más de 4.000 refugiados de caer en las manos de Hitler o Franco. En 1944, tras ser condecorado por los aliados, se exilió en México donde continuó luchando contra la dictadura franquista.